Instante en que uno muere
temiendo el cambio,
recordando el pasado, hoy ajeno
So pena y aflicción de los quehaceres perdidos,
acude la frustración y la tristeza,
nostalgias y dolores
Pero, entonces, es natural el pinchazo de la moral:
¿está bien o mal?
aun peor, sentirse temeroso
de prolongar el desaire
a las postrimerías de los aprendizajes,
abocados a eso que se teme que escape
Duele, pensar duele
y duele más no pensar
Extraño bloqueo, parálisis extendida;
se ha dejado en libertad mucho,
lo que se hundió muy adentro;
y uno no se compadece siquiera de voltear a verlo
¡Ah, impotencia!
Al menos escribir hace sentir mejor
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